Mucho se está hablando últimamente del ‘Huracán Sandoval’, un fenómeno que arrasó la pasada temporada en Tercera División y lo está haciendo ahora en Segunda, llevando a los suyos a lo más alto de la tabla. Aires de revolución, de cambio. Como los que se sienten hoy en la Ciudad del Fútbol de las Rozas, lugar de entrenamiento del Rayo Vallecano.
Lo primero que nos encontramos al entrar y echar un vistazo a los distintos campos es a la Selección Española sub16 masculina terminando el entrenamiento en su segundo día de concentración. Mucha expectación por parte de padres y ojeadores, unos capturando el gran momento de ver a sus hijos vestir la Roja con la cámara de fotos y otros apuntando cada detalle en su libreta y aprovechando para hablar con los chavales después de la sesión.
Mientras, en el campo de al lado, el Rayo Vallecano se entrenan sin el fervor de ese público al que está tan acostumbrado. Se reúnen en el centro del campo, colocan tres porterías a modo de vértices de un triángulo y se dividen en tres equipos. Una batalla de todos contra todos, donde lo que más cuenta es la velocidad, la precisión y la complicidad entre compañeros. Tanta complicidad que aquello parece una pachanga entre colegas –eso sí, al máximo nivel- y cada celebración de gol la de una final de Champions. El míster se apresura a poner un poco de orden: “¿Quereis que nos marchemos ya o hacemos un entrenamiento en condiciones? Basta ya de cachondeo”, grita en mitad del campo. A partir de ese momento, las caras de los jugadores muestran un semblante mucho más serio. Corren, regatean y buscan el gol como si les fuese la vida en ello. Jugadas brillantes, pases perfectos y una intensidad de la que pocos equipos pueden presumir en sus entrenamientos. Este es el Rayo de Sandoval. El de verdad. Y ahora mismo, parece imparable.
Termina el entrenamiento, y nos reunimos con el míster en una sala enorme que, al parecer, también comunica con los vestuarios, porque aquello es un no parar de entrar y salir jugadores. Cuando llegamos hasta don Jose Ramón Sandoval (Madrid, 1968), lo primero que nos dice después de saludarnos es: “no me hagáis preguntas muy complicadas”. Podría parecer que todavía le tiene algo de miedo a la prensa, pero no es más que una apariencia, porque en cuanto se le pone una grabadora o un micrófono delante, este recién llegado a Segunda División se defiende a las mil maravillas.
Nos invita a sentarnos en el sofá para estar más cómodos. Esta cercanía que muestra con todo el que le rodea es una de las cualidades que más le ayudan en su trabajo:“Siempre es necesario un trato personal. Con los jugadores tienes que hablar mucho y hacerles comprender las cosas, sobre todo porque esto ya no es el filial. En el fútbol profesional los vestuarios están llenos de ego, cada jugador es una empresa, y como empresa necesita hacer su propio balance. El jugador profesional, por mucho que cobre si no juega no va a estar contento nunca. En una plantilla amplia el técnico no puede hacer más que sacar a once jugadores y convocar a dieciocho, jugadores que trabajan muy bien durante toda la semana y que lo dan todo, pero que se tienen que quedar en el banquillo. Eso es lo que tienes que saber dominar. “
CANTERA
Además de por su trato con los jugadores, si por algo destaca el entrenador del Rayo Vallecano es por su gran trabajo con la cantera. A principios de temporada, algunos jugadores que acababan de abandonar la plantilla del Rayo Vallecano, como es el caso de Edu Albacar, decían no confiar en este proyecto por lo arriesgado que era “subir a diez o doce chavales del filial al primer equipo”. El míster, responde: “En ningún momento se dijo que se fuesen a subir diez o doce chavales del filial de golpe. Ellos cuando se van de un club pueden opinar lo que quieran, pero lo más correcto es no juzgar sin tiempo. La propuesta que se hizo aquí era que se iba a contar con la gente de la casa. Queríamos revalorizar a la gente de la cantera, y con la gente que trajésemos de fuera, no equivocarnos.”
Sandoval se muestra orgulloso de todo el trabajo realizado y de la respuesta que está obteniendo de los chavales: “Ahora mismo, se están dando todos los pasos a seguir. Es más, algunas veces hay hasta ocho canteranos en el terreno de juego. Se han subido cuatro o cinco jugadores del filial y lo están haciendo realmente bien, están dando todo lo que yo creí que iban a dar e incluso más. Y eso es lo único que se ha hecho, aquí no se ha vendido nada más. Lo único que si tú no eres partícipe de la competitividad puedes llegar a opinar mil cosas. Quizás fue porque vio que iba a venir un entrenador joven, un entrenador diferente, que iba a exigir ciertas cosas y que no iba a mirar el carné de identidad a la hora de jugar. Quizás es por lo que salió desilusionado. Por eso y porque se le abrieron las puertas para salir del club.” Ahí queda eso.
De todos modos, no duda en afirmar que este es un gran momento para la cantera en el fútbol profesional: “Ahora mismo, se valora mucho. Aunque depende de en qué equipos, claro. Unos tienen una filosofía y otros no. Unos se forman a base de trabajo y otros a golpe de talonario. Los que lo hacen a base de trabajo como el Villarreal, el Athletic de Bilbao, el Barcelona o el Atlético de Madrid están teniendo sus frutos. Creo que es el camino por el que hay que luchar. El hacerlo a golpe de talonario es igual de legítimo, pero se trata de proyectos a corto plazo. Además, según está la crisis en España, el tirar de la cantera es exactamente lo que necesitan los clubes.”
LA AFICIÓN DEL RAYO, DISTINTA A CUALQUIER OTRA.
Cuando a Jose Ramón Sandoval le nombran la afición del Rayo, su afición, no puede evitar ese brillo en su mirada. Le emociona, le llena de vida. Le encanta hablar de ellos: “Me siento muy querido. Es una afición que en su día me pidió como entrenador para su equipo, que aplaudió nuestra filosofía y que ahora mismo nos está llevando en volandas. Puede sonar tópico, pero todos los fines de semana jugamos con doce, porque la afición no para de cantar en todo momento y de hacerle la vida imposible al rival en Vallecas. Es una olla a presión.”
Particularmente recuerda las palabras de uno de estos aficionados: Una vez cuando estaba recogiendo a mi hija en el colegio, un señor mayor con setenta y tantos años me dijo: “Sandoval, ¡cuántas ganas tenía de verle! .Yo no he visto nunca al Rayo hacer el juego que está haciendo ahora. Con todos los equipos de Primera, cuando venía el Barça, el Real Madrid, venían aquí con una predisposición de segunda jugada, de balón arriba… y ahora parece que en Vallecas han ampliado el campo, porque tocan muchísimo más el balón, hay más profundidad. Me estoy divirtiendo como no lo había hecho en la vida. Llevo cincuenta años con carné de socio y no lo he disfrutado nunca como ahora.” Yo soy de las personas que trata igual las victorias y las derrotas, son dos impostores iguales. Pero cuando te lo dicen estos halagos con tanto sentimiento…La verdad es que llegan.
Pero la afición de Vallecas no solo es diferente por ser una de las que más anima a su equipo e intimida al rival, también lo es por tener el único estadio en el que una valla separa a los jugadores de su gente, de su apoyo incondicional, de su fuerza para luchar cada jugada. Al respecto, Sandoval se muestra tajante: “Necesito un Teresa Rivero sin vallas. Necesito que esa afición que canta y que está con nosotros no se sienta enjaulada, que mire al campo y solo vea césped y a sus jugadores dando el cien por cien. Ahora mismo te tienes que poner en una posición muy elevada en la grada para ver algo. Además, el nuestro es un público educadísimo”
SUS CHAVALES, MÁS QUE UN EQUIPO DE FÚTBOL
En el vestuario del Rayo hay una ambiente espectacular. Se ve en los entrenamientos y se plasma en el terreno de juego. Pero, ¿quién es el que más motiva a sus compañeros?.“Suele haber siempre dos o tres jugadores. Jugadores que son algo más extrovertidos, que crean muy buen ambiente con música, cantando, etc. Es un grupo muy joven que lo necesita, necesitan pasárselo bien a pesar del trabajo y el esfuerzo que yo exija. Por ejemplo Coke (Jorge Andújar Moreno), que es el capitán, es un chaval que no para a la hora de cantar, de animar, de estar con el jugador más débil… Es un modelo a seguir.”
De camino al campo rival, el autobús es una auténtica fiesta: “Suena de todo, desde bachatas hasta música de Mago de Oz. Lo tenemos organizado de tal manera que según vamos llegando al estadio vaya sonando una música más cañera. El año pasado poníamos mucho, por ejemplo, la canción de Jambao (Se parece más a ti), que era la que ponía la Selección Española en la Eurocopa. Se identificaban mucho con ella, ¡los jugadores bailaban y todo en mitad del autobús!. Todo el mundo tiene que tener un sentimiento por algo, y si llegas así de animado es muchísimo más difícil que te abatan. Como anécdota te diré que se ponen canciones de los setenta y de los ochenta y se montan un karaoke en el autobús. Se tiran un recorrido de 400 km sin parar de cantar, al final nos animan y acabamos cantando todos. Es impresionante”.
En estas estábamos, charlando sobre las juergas en el autobús y la selección española, cuando aparece atravesando la gran sala en la que nos encontrábamos, nada más y nada menos, que don Vicente del Bosque. Se despide con un “¡Hasta luego!” y esa sonrisa suya tan característica. Se le notaba contento. Bastante más de lo que le vimos al día siguiente, después tras la decepción de la candidatura Ibérica al Mundial 2018. “Adiós, Vicente” le contesta Sandoval, como al vecino que sueles encontrarte todos los días en el portal.
Y no fue esa la única sorpresa. Justo después de que el seleccionador nacional saliese por la puerta de emergencia que daba al aparcamiento, apareció Fernando Hierro, director deportivo de la selección, subiendo las escaleras del fondo.
Y qué mejor que la presencia fugaz de dos madridistas de bandera para hablar un poco del último partido de los merengues y ‘la manita’ en el Nou Camp.
“HABLEMOS DEL CLÁSICO”
Aunque por todo lo que nos ha dicho hasta ahora podíamos intuir cual es la religión futbolística con la que comulga, a la hora de elegir, Sandoval no se moja en el eterno debate: ¿Guardiola o Mourinho? “Cada uno tiene cosas que me gustan. Creo que la filosofía de Guardiola es impresionante a la hora de practicar el fútbol y de contar con la cantera. De Mourinho lo que más me gusta es que es un ganador nato, que es una persona que transmite mucha confianza a los jugadores y que les hace creer en una idea. Sus títulos les avalan, y hay que saber coger lo mejor de cada uno“.
Lo que no le gustó demasiado al míster del Rayo fueron todos los comentarios previos al clásico por parte de Mourinho y CR7:”El partido estuvo envuelto por toda la polémica que se había formado por los comentarios de jugadores y entrenadores durante estos dos meses anteriores. Al final el juego ha puesto a cada uno en su sitio y a algunos les ha servido como cura de humildad.”
Sandoval mira el reloj, y después me mira a mí con cara de circunstancia: “Vamos a tener que ir cortando, porque tengo que estar a las dos menos cuarto en Vallecas, y si no me cierran”. Yo prometo no robarle mucho más tiempo y le hago las tres preguntas obligadas (de la forma más breve posible):
¿Un objetivo para esta temporada?: Estar lo más alto posible.
¿Un sueño por cumplir?: Llegar a Primera División.
¿Un deseo para sus chavales?: Que no se lesionen y que alcancen el objetivo junto a su míster.
Objetivos, sueños y deseos que están a punto de cumplirse, y que si todo sigue como hasta ahora, llevarán a este equipo muy lejos. Toda la suerte del mundo, míster.
También en http://www.puntoencuentrocomplutense.es/2010/12/entrevista-con-sandoval-entrenador-del-rayo-el-vestuario-es-una-lucha-de-egos/